Cambia de dieta. Aliméntate tú y no dejes que tus emociones se alimenten de ti.

No me cansaré de repetir, que todos los cambios que intentes establecer en tu vida, han de ser de dentro a fuera. Por tanto, si cambias lo de fuera, manteniendo intacto lo de dentro, ese cambio que esperas, estará incompleto. Es muy probable además, que regreses al estado de partida, ya que cambiar la forma, sin alterar el contenido, no puede transformar el todo al completo.

Piensa en un edificio en ruinas. Su fachada principal está dañada, y lo de dentro, se cae a pedazos, aunque no se aprecie desde fuera. Observas desde abajo, como un equipo de albañiles trabaja todos los días, en reformar el inmueble. Tras meses de duro trabajo, la fachada ha mejorado mucho. No parece el mismo edificio. Así que tu curiosidad te lleva a concertar una cita con la inmobiliaria, para visitar el interior. Ya que quizás, alguno de sus pisos, pueda encajar con lo que andas buscando.

Nada más entrar en el edificio, compruebas que ese exterior que tanto te gustó reformado, no se corresponde en absoluto, con el interior. Y es que su interior sigue en ruinas. Los operarios de la obra no han modificado nada de él, ya que sólo tenían órdenes de centrarse en la fachada del edificio. Te decepciona lo que ves. Y es que por mucho que te guste la fachada, su interior, no te agrada lo más mínimo.

¿Te interesarías por el precio?

¿Cuántas veces has intentado cambiar la dieta, con la intención, de cambiar el aspecto físico de tu cuerpo?

¿Mejora esto, tu estado interno?

¿Lo de fuera tiene el poder de mejorar lo de dentro, o es lo dentro, el que tiene el poder de mejorar lo de fuera?

Tu cuerpo, sería la fachada de ese edificio y tu interior, su interior en ruinas. Si sólo te preocupas por tu fachada, obviando lo de dentro, tu transformación se quedará a medias. Es cierto que tu apariencia también habla de ti y que debes cuidarla, pero si no mejoras también lo de dentro, lo de fuera, se quedará tan sólo en eso, en una apariencia vacía y sin contenido.

¿Tú dónde vives, fuera o dentro del edificio?

Si tuvieras que elegir,

¿Qué preferirías reformar el interior del edificio o su fachada?

Y para reformar lo de dentro, puedes empezar por cambiar de dieta. Y no me refiero sólo a lo que comes, si no con lo que te alimentas. No sólo te nutres a través de los alimentos. Disfrutar de una experiencia agradable, por ejemplo, te nutre de muchas maneras. Seleccionar los pensamientos adecuados, te ayuda a alimentar eso que quieres construir y por tanto, sentir. Ser creativo y menos analítico, te proporciona uno de los mejores nutrientes, que ningún super alimento puede darte. Relacionarte con las personas adecuadas, puede cambiar tu vida. Así que te animo a cambiar de dieta.

Te propongo:

1. Ponte a dieta de pensamientos limitantes. Siembra en tu jardín de las ideas, las semillas adecuadas. De este modo, las cosechas que recojas, serán tu mejor alimento.

2. Acepta tus emociones y no las engullas sin más. Un buen masticado, siempre favorece la digestión.

3. Llénate de Vida y no con comida. La comida indigesta, mientras que disfrutar de la Vida, te da la Vida.

Estos son tan sólo algunos ejemplos, por los que puedes comenzar, para cambiar de dieta.

Aunque las dietas son muy personales. Puedes también analizar,

¿Con qué sobrealimentas tu vida y con qué la malnutres?

Obviamente, cuando te digo: «Cambia de dieta», no estoy hablando exclusivamente de alimentos. Porque no sólo nos nutrimos a partir de ellos. Me refiero a que intentes identificar cuáles son los excesos más recurrentes en tu vida y cuáles las carencias. Ya que encontrar el equilibrio entre tus defectos y tus excesos, también te puede ayudar a cambiar de dieta. Así es que,

¿En qué te excedes en tu vida?

¿Y en qué te contienes?

Haz balance. Y cuando lo tengas claro, igual debes empezar a reducir eso con lo que te excedes y aumentar las raciones de eso que te contienes o reprimes.

No te obsesiones con tu cuerpo, ya que este sólo expresa la respuesta a cómo te sientes. Siéntate contigo, y escucha eso que sientes. Porque si te nutres bien por dentro, no tendrás que sobrealimentarte, ni malnutrirte con lo de fuera. Para alimentarte bien, no tienes que cambiar todos los alimentos de tu dieta. Sólo aquellos que tragas por costumbre o por vacío. Así que cambia de dieta, para no tener que cambiar toda tu dieta.

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