Invierte en lo que te hace bien y no sólo en lo que te hace gastar el dinero. Aunque existen muchos tipos de inversiones, todas ellas tienen algo en común. Y es que a pesar de que se agoten algunos de nuestros recursos, para realizarlas a priori, el objetivo final, de una óptima inversión, siempre es obtener algún tipo beneficio.

Por ejemplo, puedes invertir en valores de bolsa o apostar por algún fondo de inversión. Para evitar riesgos y no perder todo lo que inviertes, antes deberás realizar un estudio exhaustivo de cuáles son los valores más seguros, teniendo muy en cuenta, las sensibles fluctuaciones del mercado. Si prefieres no arriesgarte tanto, quizás, seas de los que te decantes por asegurar tu futuro, depositando parte de tus ahorros, en un plan de pensiones o similar. También puedes invertir tu dinero en los juegos de azar o en las apuestas. Otra forma de invertir, es emprenderse en un nuevo negocio. Incluso, puedes invertir en ladrillo y adquirir inmuebles para más tarde sacar partido de ellos.

Todos los ejemplos, anteriormente descritos, hablan de beneficios económicos. De las ganancias financieras que te reportan ciertos tipos de inversiones. Y es que se puede invertir sólo para ganar dinero, fomentando así que crezca tu fortuna, pero,

¿Cuánto hace que no inviertes en ti, para crecer tú?

Aumentando tu capital, lo único que consigues es hacer que crezca tu patrimonio, pero no tú cómo persona. Quizá, cuando ganas algo de dinero extra, te sientas en lo más alto y muy orgulloso de tu logro, pero si te fijas bien, eres el mismo que antes, aunque con más dinero.

Para crecer como persona tendrás que volver a invertir parte de lo ganado, en otra serie de actividades o servicios, que te reporten otro tipo de beneficios. Beneficios internos y que perduren en el tiempo. Porque lo material y lo externo, como viene, se va. El dinero como se gana, también se puede perder, y normalmente, cuesta mucho menos gastarlo, que ganarlo. En cambio, todo lo que se produce a nivel interno, si se integra de la manera correcta, no tiene porqué abandonarte nunca, y esto puede que no aumente tus riquezas, pero sí que te enriquecerá mucho más.

No quiero decir con esto, que el dinero no sea necesario, porque sí que lo es. La vida cuesta dinero, pero priorizar la necesidad de ganar dinero, en detrimento a sacrificar otras necesidades, puede también costarte la vida. Enfocarse sólo en el éxito material, no te hará una persona exitosa. Te hará más rico, pero no más feliz. Y es que tu felicidad no depende de lo tienes, si no de quién eres y de lo que haces con eso que tienes, ya sea mucho o poco. Por eso, invierte en lo que te hace bien y no sólo en lo que te hace gastar el dinero.

Imagina que abren una nueva tienda en tu vecindario. Ofreciendo algo totalmente innovador. Porque no venden ropa, ni alimentos. Tampoco venden muebles, ni electrónica, ni accesorios o complementos. Lo que venden son pensamientos. Pensamientos potenciadores que tú mismo puedes adquirir para ti, o para regalar. Los servicios de este nuevo establecimiento son bastante similares a los servicios que ofrecen otros establecimientos. Se permiten las devoluciones y ofrecen una garantía de dos años. En el caso de que en esos dos años, el pensamiento, se estropee o no funcione de la manera esperada, podrás llamar a los técnicos especialistas en pensamientos, para reparar lo que no ande bien.

¿Entrarías en ese establecimiento?

¿Comprarías en él?

¿Qué demandarías primero?

Y quizás te parezca algo rocambolesco o de ciencia ficción que pueda existir una tienda de estas características, pero si lo piensas bien, ya existen, este tipo de establecimientos.

¿Qué es una librería, si no un acumulador de nuevos pensamientos, contenidos en sus diferentes libros?

¿Qué hacen los profesionales, que trabajan en el campo del bienestar, físico, emocional, mental o espiritual?

No hay excusas para que demores más el invertir en ti. Invertir en ti, para que crezca tu bienestar y no tu cartera. De hecho es muy probable que si creces por dentro y sanas eso que tienes que sanar, te será mucho más fácil hacer crecer también tus ingresos. Porque cuando tú te estancas, todo se estanca. Mientras que si tú fluyes, todo fluye también, a través de ti.

Así que invierte en lo que te hace bien y no sólo en lo que te hace perder dinero.

¿En qué inviertes que te hace ganar?

¿En qué inviertes que te hace perder?

Repito: invierte en lo que te hace bien y no sólo en lo que te hace gastar el dinero. No te pierdas sólo en tus ganancias económicas. Gana en tu propia evolución y todo lo demás, crecerá contigo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir arriba