«No busques fuera lo que te gratifica dentro, busca dentro lo que te gratifica dentro y fuera.»

No busques fuera lo que te gratifica dentro. Pues tú satisfacción interna, no la encontrarás afuera.
En esta entrada, me gustaría hablar de las necesidades y de los deseos. De cuáles son sus diferencias y el porqué es sumamente importante, distinguirlos bien.
Muchas veces, tendemos a convertir en necesidad un deseo, con lo peligroso que esto puede llegar a ser, dependiendo del tipo de deseo que tengamos en mente.

¿Y por qué, puede ser esto tan peligroso?

Pues porque cuando convertimos el deseo en necesidad, nos volvemos débiles y vulnerables, ya que depositamos todas nuestras esperanzas en conseguir eso que creemos necesitar. Entendiendo, que si no llegamos a conseguir eso que queremos, jamás podremos alcanzar la felicidad. Por este motivo, además de tener mucho cuidado con lo que se desea, hay que ser extremadamente meticuloso, en no convertir ciertos deseos, en necesidades imprescindibles.

¿Qué es el DESEO?

El deseo es algo que queremos.

¿Y qué es una NECESIDAD?

La NECESIDAD, es algo que creemos necesitar, más allá de quererlo.

La diferencia fundamental, entre deseo y necesidad, es por tanto, que uno, lo queremos, el deseo. Y la necesidad, la creemos necesitar, repito, la creemos necesitar, para ser felices.
Porque si hay algo en lo que siempre coincidimos todos los seres humanos de la faz de la tierra, es querer, y no tener la necesidad, cuidado con esto, de ser felices.

Buscamos la felicidad por todos lados, pensamos que está en cosechar logros, en acumular cosas, en estar rodeados de personas que nos aman. Sin darnos cuenta, que la felicidad es sólo un estado del Ser. Del ser que se siente feliz, ni por algo, ni por nadie, por sí mismo. Ya que la felicidad de uno mismo, nada tiene que ver con los demás, ni con las cosas o los logros acumulados. Esto es, la felicidad no se construye fuera, si no dentro de nosotros. Por eso es tan peligroso crear necesidades externas, que nos hacen creer, que sólo en ellas encontraremos la plena satisfacción de sentirnos felices.

Si conseguimos eso que deseamos, podemos ser felices, pero si no lo conseguimos, tampoco pasa nada, porque nuestra felicidad no depende de ello. Esto es desear. No tiene nada de malo, desear cosas. En cambio, cuando convertimos el deseo en necesidad, si no logramos alcanzar eso que necesitamos, creeremos que jamás podremos disfrutar de la tan ansiada felicidad. Es decir, que la necesidad no es más que un creencia ficticia, a la que nos aferramos, para sentirnos afortunados, si la conseguimos, o desgraciados, si no lo hacemos. Por eso, no busques fuera lo que te gratifica dentro. Satisfacer lo de dentro, con lo de fuera, te dejará vacío dentro y fuera.

Un ejemplo de deseo, que creo que todos alguna vez, hemos deseado, puede ser por ejemplo, que nos toque la lotería.
Si nos toca, obviamente nos sentiremos tremendamente bien por el premio, aunque si no nos toca, nos tendremos que resignar y seguir viviendo tan «ricamente». Porque nuestra felicidad no depende de que nos toque o no la lotería. Esto puede ser un plus, que mejore nuestra calidad de vida, aunque no un imprescindible, para seguir viviendo, feliz.

Pero, ¿Y qué pasa cuando convertimos este deseo de ganar la lotería en necesidad?

Pues lo primero que pensaremos es que si no nos toca, seremos unos desgraciados. Sintiéndonos tremendamente frustrados y vulnerables, ya que al colocar todas nuestras esperanzas, en una necesidad vital, que no llega, esto nos hace sentir vacíos y desesperanzados.

Por otro lado, si nos tocara, al pensar equivocadamente, que eso nos iba a traer la felicidad, podemos sentirnos desilusionados.

¿Pero cómo va ser esto, si eso era lo necesitábamos para ser felices?

¿Lo necesitábamos o creíamos necesitar?

Al no venir en pack la felicidad, junto con el premio, tarde o temprano, nos daremos cuenta, que el dinero, no era todo lo que esperábamos. Puesto que colocamos erróneamente nuestras expectativas de la felicidad, en un premio, que en realidad, sólo era eso, un premio monetario, que nada tenía que ver con nuestra propia satisfacción interior.

Por si esto fuera poco, como confundimos el deseo con necesidad, al obtener el premio, nos pueden empezar a surgir miedos de todo tipo, relacionados con la posibilidad de perderlo. Es decir, que como lo ganamos, también lo podemos perder, y esto nos causará intranquilidad inmediata, desasosiego y nos robará encima, la seguridad que creíamos haber alcanzado. Por eso, no busques fuera, lo que te gratifica dentro. Ni en la lotería, ni en nada que no provenga de ti o de tu interior.

Estas son sólo algunas consecuencias, de lo que sucede, cuando convertimos un deseo en necesidad. Cuando además de querer algo, lo creemos necesitar, como imprescindible, para poder ser felices, o para alcanzar nuestra felicidad.

Existen muchos ejemplos de necesidades ficticias que nos hacen creer, que son indispensables para hacer de nuestras vidas más felices. Necesidades como:

– Encontrar a alguien que nos ame y al que poder amar.
– Formar una familia, antes de que se nos pase el arroz.
– Tener algo en propiedad, un piso, un coche…ya que si no lo logramos, todos pensarán que somos unos muertos de hambre.
– Ser alguien en la vida. Con el fin de aprovechar bien nuestras capacidades y talentos, para así no sentirnos fracasados o inútiles.
– Vivir por mucho tiempo, cuanto más mejor.
– Tener una vida llena de aventuras y emocionante. Ya que si no es así, es porque somos aburridos y habremos desaprovechado nuestros días en la tierra.
– La creencia de que «más siempre, es mejor», o que el progreso es siempre bueno y consiste por tanto, en tener cada vez más cosas, cosechar más éxitos y tener más inteligencia.
– La necesidad de huir de la soledad. Porque los seres humanos somos seres sociales y tenemos que estar siempre acompañados.

Fíjate que cada una de las necesidades anteriores, son tan sólo creencias. Y algunas de ellas muy limitantes, porque si no se dan, te sentirás perdido.
Y es que tenemos la capacidad de convertir en necesidad cualquier cosa que se nos ocurra. Lo curioso aquí es que nos equivocamos a la hora de creer que necesitamos muchas cosas, o a muchas personas a nuestro alrededor, para ser felices. Porque la felicidad no va de eso, no va ni de tener, ni de lograr, la felicidad consiste en Ser feliz. Y al Ser feliz, no se necesita nada. No se necesita nada, mientras tengamos cubiertas nuestras necesidades básicas. Con poquito vamos y cuánto más ansiemos, más insatisfechos nos sentimos.

Por eso, no busques fuera lo que te gratifica dentro. Porque una cosa es desear hacer algo, y otra muy distinta es creer necesitarlo para ser feliz.

Te haré una pregunta:

¿Eres Feliz?

¿Y qué te falta para serlo?

Si contestas con algo externo, es decir, algo como, más dinero, más amigos, más bienes, una casa más grande, un trabajo mejor, un coche más potente, más planes emocionantes, lograr el éxito…es porque sigues pensando que la felicidad está ahí fuera. También puedes pensar que con otro cuerpo, o incluso con otra cara, te costaría menos ser feliz. Cuando en realidad, la felicidad se crea dentro. Por eso, no debes buscar fuera lo que te gratifica dentro. Ya que si consiguieras cualquiera de las cosas que crees que te faltan, tampoco te sentirías plenamente satisfecho. Si no cultivas antes y no atiendes a tu felicidad interna, tampoco podrás reconocerla ahí fuera.

En cambio, si contestases con algo como: sería más feliz si pensara de diferente manera, si adquiriese nuevas perspectivas, si no tuviese tanto miedo, si no fuera tan negativo, si me quisiera más, si no le diera tanta importancia a la parte material de mi existencia…todas estas cosas, no son precisamente externas, si no internas, están en ti, y dependen de ti. Si consiguieras mejorar alguno de estos aspectos, mejorarías tú y por ende, también tu felicidad. Y lo de fuera te importaría un comino, porque ya eres feliz por dentro.

¿Porque, qué pasa con lo de dentro?

Que se proyecta fuera. Si te sientes insatisfecho dentro, intentarás buscar tu satisfacción en lo de fuera, para compensar tu desdicha. Aunque ya sabes que lo de fuera no encaja dentro. En cambio cuando te sientes pleno y satisfecho con lo de dentro, lo de fuera ya no tiene importancia. Así que no inventes necesidades. No te hagas creer que encontrarás en ellas tu Felicidad. Porque tu felicidad parte de ti y depende ti, no de lo de fuera. No busques fuera lo que te gratifica dentro, busca dentro lo que te satisface, dentro y fuera.

Si sigues pensando que necesitas algo, o qué te falta algo, para alcanzar la felicidad, te haré más preguntas.

Primero usaré un argumento comparativo:

¿Existen otras personas que son felices en tu misma situación?

¿Qué crees que hacen diferente, para poder serlo?

Porque como explicaba antes, todos podemos crear necesidades ficticias que nos hagan creer, que necesitamos algo más, para ser felices. Aunque ya sabemos que esto es un engaño de nuestra mente. Con lo que tienes y con lo que ya cuentas, puedes ser feliz, sólo que se te ha olvidado cómo hacerlo. Y es que existen muchas personas que con mucho menos de lo que tú posees, han aprendido a ser felices, no porque se hayan resignado, si no porque han comprendido, la mayor lección de vida, y es que el Ser no necesita tener, para sentirse satisfecho. No eres lo que tienes, ni lo que tienes te define.

¿Qué pasaría entonces, si lo perdieras todo?

¿Que dejarías de Ser?

¡Qué tontería!. Eres con y sin posesiones. Esa es tu esencia.
La paradoja de todo esto, es que nunca puedes dejar de Ser, aunque te quedes sin nada, y aún sin nada, seguirás siendo.

¿A caso todos los ricos  o gente exitosa, son felices?

Y ya para ir acabando, me gustaría que imaginases, que de la noche a la mañana, pierdes todas tus pertenencias. Pierdes tu casa, tu coche, todos tus bienes…teniendo que enfrentarte al mundo sin nada, tan sólo contigo. Tienes la tranquilidad, que para comer, dormir y asearte, puedes acudir, a diferentes centros para la beneficencia que hay en tu cuidad.

¿Qué harías?

¿Cambiarías tu forma de vivir?

¿Cuáles serían tus objetivos en la vida, si no tuvieses nada que guardar, ni facturas que pagar, ni nada que poder comprar?

¿Podrías ser feliz sin nada, más que contigo?

Espero que esta reflexión te ayude a seguir entendiendo, que crear necesidades inventadas, es una trampa y que si caes en ella, te sentirás tremendamente insatisfecho.

«No busques fuera lo que te gratifica dentro, busca dentro, lo que te gratifica, dentro y fuera.»

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