Imagina por un momento, que mañana al despertar y sin saber porqué, apareces en un espacio, totalmente nuevo y desconocido para ti. Echando un vistazo a tu alrededor, observas, que no posees absolutamente nada. Estás semidesnudo, sin objetos cotidianos cerca. Sólo te tienes a ti.
¿Cómo crees que reaccionarías?
¿Asumirías la nueva aventura con entusiasmo?
¿Del uno al diez, cómo medirías tu seguridad en tales circunstancias?
Cuándo hablamos de Seguridad, deberíamos ser más precisos. Y cuándo lo hacemos de manera general, olvidamos por completo, su significado.
¿Qué es la Seguridad?
Sensación de certeza, de confianza, de tranquilidad…pero, ¿en qué y en quién?
Debemos primero, diferenciar entre la Seguridad Externa(¿En qué?) y la Interna (¿En quién?).
La Seguridad Externa, está relacionada con el mundo físico. Son todas tus posesiones: tu casa, el coche, tu trabajo…lo que temes PERDER. En cambio la Seguridad Interna, es todo lo relacionada con tu SER, con tu mundo interior. Lo que nunca podrás PERDER.
La seguridad externa, solemos planificarla desde la más tierna infancia. Todo está perfectamente estructurado para asegurarnos un futuro digno. Comenzamos estudiando en el colegio, para seguir estudiando, hasta alcanzar grados superiores. Después trabajamos para sobrevivir y asegurarnos también, nuestra ansiada jubilación…Este tipo de seguridad, ofrece garantías físicas o externas. Y como persona de la tierra, realista, no la podrás alcanzar nunca, al completo. Este tipo de seguridad, aunque la aspires, depende de muchas más circunstancias, externas a ti.
¿Puedes controlar tu situación laboral, al cien por cien, o dependerá, entre otras cosas, de la situación económica que viva tu empresa o tu país?
¿Puedes evitar que se estropee el coche, o que el vecino de encima tuyo, te inunde el baño?
En cambio, existe otro tipo de Seguridad que merece mucho más la pena cultivar y esa es, tu Seguridad Interna. Es curioso que nos eduquen a planificar lo exterior desde la niñez, nuestro mundo físico, al que llaman nuestro futuro, pero en cambio se les olvide educarnos para el crecimiento personal, del que verdaderamente, dependerá ese futuro.
Si creces en tu Autoestima y aprendes a confiar plenamente en ti. Esas circunstancias externas, que no puedes controlar, serán lo de menos. Sabrás solventarlas de la mejor manera. Porque cuando alcanzas la plena Seguridad, te vuelves consciente de todo lo que has aprendido, y por lo tanto, también eres capaz de reconocer, todos esos recursos que has ido adquirido en todas tus experiencias de vida y que te ayudarán, con total certeza, en la creación de tu futuro ideal. Y lo mejor de todo, es que además, este tipo de seguridad, sí que la podrás controlar al cien por cien, porque sólo depende de ti.
Volvamos al ejemplo del comienzo. Desde un lugar desconocido y sin posesiones…
¿Qué seguridad practicarías?
¿Cuál es la única que puede salvarte la vida?
¿Si no confías en ti, podrías adquirir nuevas posesiones?
¿Si sólo aseguras tu mundo físico, sin reforzar tu identidad y tu autoestima, cómo mantendrás esas posesiones?
Imagina ahora, que te dejan en ese mismo lugar desconocido, con algunas posesiones: algo de dinero, el móvil, sin cargador, muy pocos objetos personales, y algo de ropa. Lo suficiente para pasar algunos días.
¿Y después, qué harías para continuar con la aventura?
¿De qué seguridad, te valdrías?
No te descuides. Cultiva siempre tu Seguridad Interna. En las peores circunstancias, es la única que puede salvarte la vida, en realidad, sólo te tienes a ti, aunque te escondas detrás de lo que posees. No olvides nunca, que tu posesión más preciada, siempre eres tú.