¿Qué sería de la Naturaleza sin transformación?

¿Podría resistir?

¿PODRÍAS resistir?

¿O prefieres «resistirte»?

El Mundo es cambio y su transformación, inminente. Uno de sus principios naturales. La ley que probablemente, más relevancia tenga sobre todas las demás. El resto de normas parten de esa primera ley.

Como ya apuntaba Heráclito, lo único que no cambia, es que todo cambia. Por lo tanto, lo que permanece, se trasmuta y lo que no, DESAPARECE. Resistirte al cambio te condena. Impidiendo tu evolución. Mantenerte igual, detiene tu camino, privándote de trascender. 

Imagina que quieres llegar hacia algún lugar. Para ello, sabes que tendrás que caminar ligero y constante. Sin embargo, a medio camino, decides hacer una parada. Ya que te encuentras cansado y abatido. Durante tu detención, te distraes y olvidas todos esos pasitos que te quedan por caminar. Cuando te quieres dar cuenta de tu bloqueo, vuelves a mirar al frente, y te percatas que el camino cambió tanto de forma, como de contenido. Convirtiéndose en un extraño para ti.

Sigues queriendo llegar a la meta, pero te asusta lo que ves, porque desconoces lo que ahora se te presenta. Sabes que alcanzar esa meta, significa todo para ti. Aunque la incertidumbre y el desconcierto, te mantienen pegado al suelo. 

Echas la vista atrás, y adviertes, que no es la primera vez que te pasa. Reconoces que no es tu primer «stop» en el camino. Entonces respiras, te deshaces de los zapatos adheridos al piso y continúas con tu camino. La sensación de andar descalzo, es nueva para ti, aunque te reconforta.

El zapato te impedía hacer contacto directo con el suelo. Te evitaba heridas, sin embargo, no podías aprender de esas heridas. No todas las superficies por las que pisas, son agradables al tacto de tus pies. Aunque sí necesarias para completar ese camino.

¿Caminas cargado de expectativas o descalzo y ligero?

Lo que esperas que pase, te pesa y te carga. Así que descárgate, para liberarte de eso que tanto te pesa. Las expectativas son tan solo, las probabilidades que has decidido introducir en tu mochila. Olvidándote de todas las demás. Y que las obvies, no significa que no sigan ahí, tan sólo que no las quieres atender, porque las rechazas.

No luches contra lo que no quieres que pase. Deja de resistirte. Deshazte de tus expectativas. Acoge y abraza lo que venga, sin esperar recoger NADA en concreto. Ya que esa es la única manera, de poder recoger, TODO lo demás.

¿Y tú, qué esperas? 

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