Cuando te comparas te niegas.
Cuando te comparas, te niegas, sin darte cuenta. Niegas tu carácter único, tu genialidad individual, tu especialidad y tus originales maneras. Rechazar tu singularidad, te convierte tan sólo, en un puesto del montón. Y tú eres mucho más que un simple puesto. Tu labor no admite parecidos, porque tu labor eres tú, y como tú, …