Haz que tu vida valga la pena.
Haz que tu vida valga la pena y no que tus penas, ni tus miedos, «te valgan». Porque así, es como se te escapa la vida. Tus miedos no te cuidan de la muerte, aunque sí que evitan que vivas plenamente. Y es que puede que creas, que si te cuidas de morir, vivirás mejor, …