La puerta que no ves, porque no la miras.

Acabas de abrir tus ojos y sin saber muy bien porqué te encuentras en una habitación desconocida. Estás sentado cómodamente sobre una silla de madera. Al fondo de la estancia se puede percibir una gran puerta cerrada. Pasan los minutos y a pesar del desconcierto, no parece que tengas intención de levantarte. Te sientes a …

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