¿Crees que tu memoria, influye en tu pensamiento?

¿Cómo se accionaría tu pensamiento, sin tu memoria?

¿De qué manera pensarías?

Imaginar cómo es tu pensamiento, sin la memoria, puede resultarte complicado. Entre otras cosas, porque tiendes a recurrir a ella, a la generadora de recuerdos, para intentar imaginarlo. Este puede ser el indicativo más evidente, para afirmar, que la memoria sí que influye en tu pensamiento. O dicho de otra forma, sin la memoria, tus pensamientos no tendrían lugar, o por lo menos, no de la manera en la que piensas actualmente. Para comparar, para argumentar, para decidir, para cantar, para sentir algo de tu pasado…necesitas a tu memoria. Sin ella te sería imposible. La memoria, por consiguiente, es la que hace posible, que tus pensamientos y la asociación de esos pensamientos, tengan sentido, o no.

El estado normal de la mente y, por ende, de tus pensamientos, es el Caos. Sin un propósito, en el mundo exterior, en el que enfocar tu atención, tus pensamientos deambulan ansiosos, esperando a que repares en ellos. Estos pensamientos suelen estar desordenados, y si te dejas llevar por ellos, es muy probable, que te desordenes tú. Es fácil concentrarte y abstraerte de tus pensamientos, cuando existen estímulos exteriores, que requieren de tu vigilancia. Estos estímulos, pueden ser: leer, cantar, bailar, observar un cuadro, hacer un crucigrama, ver una película, o cualquier actividad que se te ocurra, que te permita mantenerte enfocado en ella. Pero,

¿Qué pasa cuando no logras concentrarte en nada, y los pensamientos toman el control de tu mente?

¿Tiene tu memoria algo que ver?

«Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad, quizá, no merezcamos existir.» (José Saramago)

Tu memoria influye en tu pensamiento, porque tú memoria es la que genera el recuerdo, y por tanto, tiene mucho que ver, con lo que estás pensando. Y es que hay recuerdos o pensamientos tremendamente recurrentes, que no cesan de inquietar tu mente. Pensamientos repetidos, que vuelves a elegir mañana y al día siguiente, para volver a pensarlos. No añades nada nuevo a ese recuerdo, simplemente lo reproduces exactamente igual, y de la misma manera que ayer, o que hace un rato. Y si reincides todos los días en lo mismo, lo vuelves costumbre y tú te conviertes en ella, es decir, en eso que piensas.

Aunque te pueda parecer inviable, por tener la sensación que no existen huecos conscientes, entre eso que piensas y tú. Siempre los hay, sin embargo, no los atiendes tanto, como a tu costumbre. La mente se toma pausas cada 90 minutos, entrando en trance. Ese es el hueco, el momento del trance. Y cuando detectes el hueco, es el momento de cambiar el pensamiento. Cámbialo por lo que sí quieres pensar. O redirige tu atención hacia otra cosa o pensamiento, pero no te vuelvas a repetir. Porque ya sabes lo que conseguirás si así lo haces, lo mismo de todos los días.

Las mejores cosas de la vida, no son las cosas. Es lo que haces con ellas. Es el uso que les das, más la forma que tienes de interpretarlas. Sin olvidar, el valor que también, les otorgas. Y es que hay muchos tipos de cosas. Las experiencias, por ejemplo, así lo son. Y las vivencias más satisfactorias, surgen y se construyen, siempre dentro de la mente. Así que emplea tu imaginación o creatividad para crear algo diferente y que te satisfaga.

«La memoria es el perfume del alma.» (George Sand)

Esta frase me conmovió bastante cuando la leí, por primera vez. Sin embargo si tu memoria juega en tu contra, para boicotear, precisamente a tu Alma, mientras te arrebata la calma. Creo que el perfume, no viene precisamente de tu Alma, si no de otro sitio. Como de los restos de tu pasado, por ejemplo. Y es que las ruinas de tu pasado, son tus angustias de hoy. De los restos o de las ruinas, nada nuevo podrás construir. Y si así lo haces, tendrá el aroma de esos restos. No eres el mismo que ayer, ni serás el mismo que mañana. No quieras oler de la misma manera. Permítete cambiar de perfume. No uses fragancias que ya no van contigo, ni con la Calma de tu Alma.

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