¿El cielo siempre está despejado, o hay días, en los que se llena de nubes?
El Cielo es infinito, como tú. Porque lo que es arriba, también abajo. Y entre su vasta extensión, algunos días, se cubre de nubes. Existen diferentes tipos de nubes. Las hay ligeras, espesas, con formas…cada una de ellas, le aporta al Cielo y a la Tierra, algo diferente y necesario.
¿Qué sería de la Tierra sin nubes negras, que provocaran la lluvia?
¿Que se secaría, la Tierra?
¿Qué sería de todos los Seres Vivos de la Tierra, si no tuviesen Sombras, sobre las que poder descansar?
¿Que el Sol, los abrasaría?
Y es que a pesar de que el Sol se esconda, de vez en cuando, entre nubes negras, sale todos los días. Sigue iluminando tus mañanas y tus tardes. Dándote calor, de otra forma, desde la Sombra. Esas nubes oscuras, también favorecen, al florecer de la Tierra. El Cielo «llora», para que los campos crezcan y tú puedas recoger las cosechas. Sin «lágrimas» que rieguen la Tierra, no podrías recolectar nada. Tampoco tendrías Agua para saciar tu sed. Bebes y recoges frutos, gracias a esas nubes negras, que encapotan tu Cielo, y te permiten descansar desde la Sombra.
Y es que el Cielo, también llora, como tú. La diferencia entre ambos, es que él no esconde sus lágrimas. Las convierte en lluvia y riega la Tierra, para darte de comer y de beber. Asimismo, limpia y purifica el ambiente por el que transitas.
El Agua es Vida y emana Vida, igual que tus lágrimas. Si las escondes o rechazas, incluso tú, te puedes marchitar. Las tierras áridas, no se pueden sembrar. No dan cosechas. La humedad del Agua es imprescindible, para que la recogida sea productiva.
Así es que llora, cuando tengas que llorar. Que no te mate la sed o el hambre. Límpiate y purifícate de vez en cuando. Aprende del Cielo. Sé el Cielo y no escondas tus nubes negras. Tus sombras son las únicas capaces de hacerte ver la Luz. La Luz no se puede apreciar, entre más luz, sólo se observa desde la Oscuridad. Tus Sombras también son necesarias, como esas nubes negras, que a veces esconden tu Sol.
¿Como aceptas la Luz, aceptas también la Sombra?
¿Eres «prisionero» o «carcelero» de tu Yo Sombra?
¿Quizás, los dos?